A medida que las extracciones de los acuíferos aumentan rápidamente en los EE. UU. y en todo el mundo, se deben aplicar nuevas tecnologías para ayudar a administrar y mantener los recursos de agua subterránea. La investigación muestra claramente que muchos de nuestros acuíferos críticos no se reponen rápidamente. Afortunadamente, se está logrando un progreso considerable en una tecnología para ayudar en su reposición: la recarga de acuíferos administrados (MAR), que se basa en procesos como la infiltración superficial o la inyección subterránea. Muchos proveedores de agua en Arizona y (cada vez más) en otras partes del mundo usan MAR para almacenar agua para su posterior recuperación, mejorar la calidad del agua y/o crear beneficios ambientales.
El valor de MAR también está siendo reconocido cada vez más por la industria minera, particularmente en países ricos en minerales y con escasez de agua. En Sudáfrica, el Departamento de Agua y Saneamiento ha seguido una “Estrategia de recarga artificial” para los recursos de agua subterránea durante muchos años. Asimismo, Australia recientemente ha endurecido sus regulaciones, exigiendo que las minas devuelvan el agua de las operaciones de drenaje a los acuíferos de origen. Aunque estos tipos de aplicaciones son relativamente nuevos, el concepto y la tecnología están bien desarrollados y probados.
MAR tiene el potencial de brindar muchos beneficios a las minas. La conservación del agua es uno de esos beneficios; mejorar la eficiencia operativa es otra. Cuando se integran en el proceso de deshidratación, las minas pueden interceptar el agua de un acuífero antes de ingresa a los trabajos a cielo abierto o subterráneos, reduciendo así el volumen que se degrada químicamente a través del contacto con esos trabajos. Esto, a su vez, reduce los costos de bombeo y tratamiento normalmente asociados con dicha agua antes de que pueda descargarse legalmente del sitio minero. MAR también libera a las minas de los requisitos de infraestructura y mantenimiento de los embalses de agua superficial. Sujeto a estándares de calidad del agua y marcos ambientales, el agua superficial puede almacenarse convenientemente en acuíferos y recuperarse cuando sea necesario. Esta práctica no solo minimiza la evaporación, que puede ser significativa en los embalses de superficie, sino que también ofrece cierta protección a la calidad del agua frente a las amenazas a la seguridad.
Además, MAR puede beneficiar a las comunidades locales que rodean las minas. El agua que se extrae como parte del proceso de deshidratación puede reinyectarse en lugares donde pueda beneficiar a otros usuarios y/o al medio ambiente. De hecho, MAR podría ser una herramienta valiosa para abordar las tensiones sociales que comúnmente surgen en las comunidades cercanas; aumentar el acceso del público al agua potable y agrícola podría ayudar a contrarrestar las preocupaciones sobre el impacto potencial de la deshidratación en los recursos de agua subterránea en el área.
Existen numerosas oportunidades para que las minas mejoren la gestión del agua a través de MAR. Hay muchos ejemplos de proyectos exitosos en todo el mundo, y las autoridades aquí en los EE. UU. y en el extranjero han señalado un interés considerable en expandir su papel en el futuro del agua de su país.
—Hugh Klein